La liposucción se realiza generalmente con anestesia general, pero puede ofrecerse anestesia local si sólo se elimina una pequeña cantidad de grasa. El cirujano comenzará haciendo una pequeña incisión en la zona deseada, tras lo cual la grasa se descompone mediante un láser de baja frecuencia, un chorro de agua a alta presión u ondas ultrasónicas.
A continuación, se elimina la grasa sobrante mediante uno de los siguientes métodos:
Liposucción húmeda
Consiste en la inyección de una mezcla de fluidos compuesta por una solución salina, anestesia local y adrenalina para ayudar a reducir la hemorragia, los hematomas y la hinchazón. También facilita la eliminación de las células grasas.
Liposucción en seco
El método de liposucción seca es similar, pero no utiliza una inyección de líquido. El proceso deja intactos los pequeños vasos sanguíneos y los nervios, aunque puede dar lugar a más hematomas que la liposucción húmeda.
Cualquiera que sea la técnica utilizada, el cirujano introducirá un tubo de succión en la zona grasa a través de una cánula que está conectada a una potente bomba de vacío. Mediante un movimiento de vaivén, se drena el exceso de grasa del cuerpo.
A continuación, el corte se cierra con puntos de sutura o con un simple apósito de Elastoplast. A continuación, se debe llevar una prenda de soporte firme para añadir presión a la forma recién formada y ayudar a la reducción temprana de la hinchazón y la curación del tejido
El procedimiento durará aproximadamente de 1 a 3 horas.
